..y al Barrio su nombre le dió
"Flor fragante del Carmelo
y florida vid sagrada.
Esplendor claro del Cielo,
singular Virgen intacta,
Madre de misericordia
y de varón preservada,
que das a los carmelitas
mil privilegios y gracias:
pues eres estrella del mar,
sé norte donde logremos,
si tu favor merecemos,
al puerto eterno llegar.
Amen"
Eran las nueve en punto cuando las campanas del templo carmelitano avisaban de que un año más su Reina salía a la calle. Las puertas abiertas de par en par, la feligresía abandona el templo tras la misa, y aguarda en la puerta la salida de su Virgen. No falta detalle, todo el mundo ha cogido su vela, cientos de escapularios visten las calles del Barrio y hasta el Conde de Floridablanca se hace hueco entre la vegetación de su Jardín para ver salir a la Madre de Dios.
Ya aparece el estandarte de la Cofradía, las lágrimas del trono se han oído a lo lejos, el paso de Ntra. Sra. ha empezado a moverse, la Virgen del Carmen quiere encontrarse con su Barrio y, un año más, como un ritual ancestral, empieza la procesión. Una campana tímidamente empieza a voltear y... mientras coge vuelo, sus compañeras se animan, el campanario se alborota, las palomas cruzan la avenida, nadie quiere perderse este momento.
Un murmullo rodea la puerta del Carmen "mírala ya sale" "que guapa está" y sus estantes, como abrazando la misma Gloria, alzan el trono en sus experimentados hombros para llevar a la calle a la Virgen del Carmen. Suena el Himno Nacional, le acompaña un redoble incesante de palmas y vivas, la Patrona del Barrio ya está con nosotros un año más.
"Bendita la Reina del Monte Carmelo,
que el Santo Profeta Elías previó.
Llenó de su Gracia la Tierra y el Cielo
y al Barrio del Carmen su nombre le dió.
Cantemos su Gloria, de Dios fué Sagrario,
divinos fulgores irradian su faz.
Vistiendo a sus hijos el escapulario,
le inunda el alma, de amor y de paz."
que el Santo Profeta Elías previó.
Llenó de su Gracia la Tierra y el Cielo
y al Barrio del Carmen su nombre le dió.
Cantemos su Gloria, de Dios fué Sagrario,
divinos fulgores irradian su faz.
Vistiendo a sus hijos el escapulario,
le inunda el alma, de amor y de paz."