Ntra. Sra. de la Amargura, la Zamarrilla, Málaga



"Era Zamarrilla un bandolero
al que la justicia perseguía
Málaga era el puerto marinero
donde a por cariño iba y venía"



Cuando tuve el privilegio de postrarme ante la devota imagen de María Santísima de la Amargura, la Zamarrilla, pude comprobar que no estaba ante una Virgen cualquiera. Aquella no era una Dolorosa más. Hablar de Ella signíca hablar de devoción enredada entre la historia y la leyenda, anudada a las cuentas de un rosario incesante que reza ante la Virgen de la rosa roja.


Pertenece a la Real y Excelentísima Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio, Santísimo Cristo de los Milagros y María Santísima de la Amargura Coronada (Zamarrilla), desfilando por las calles de Málaga cada Jueves Santo, siendo una de las Vírgenes más populares de la ciudad  y parte de España. Gracias al arduo trabajo que llevó a cabo su Junta Directiva, se hizo posible su Coronación Canónica que tuvo lugar el 25 de octubre de 2003 en la Santa Iglesia Catedral de Málaga.



Recibe culto en una coqueta y acogedora ermita situada en la calle Martínez Maldonado, del Barrio Trinitario, en donde también se encuentra Jesús "El Cautivo" Se trata de un templo que abraza a sus visitantes presidido por Ntra. Sra. que llora junto a su Hijo muerto en la Cruz, el Stmo. Cristo de los Milagros (1938-39) obra de Francisco Palma, al igual que Ntro. Padre Jesús del Santo Suplicio (1985) Ambas tallas se tratan de la primera y última obra que el malagueño artista hiciera a lo largo de su carrera. Dios quiso que así fuera. La imagen de la Virgen está atribuída a  Antonio Gutiérrez de León y Martínez (s. XiX) Dentro del mismo templo podemos ver distintas imágenes como el Sagrado Corazón de Jesús o San Antonio de Padua. 



Al rededor de Ntra. Sra. de la Amargura han surgido numerosas leyendas, hechos que llegan a nuestros días en forma de entrañables y sentidas historias. De un modo muy poético, vamos a conocer un poco sobre esta Virgen, más en concreto por su sobrenombre "Zamarrilla"


Corriendo baja la sierra
espectro de un alma en pena
su sangre, un río de angustia
huye a la muerte que espera
y tras sus pasos marcados,
repican como tambores
cuadrilla de arcabuceros
pisándole los talones.

Entra en Málaga el bandido
al que llaman Zamarrilla
y en un ademán de astucia se
camufla en una ermita.
Sus ojos refulgen ávidos,
de odio, sangre y venganza,
sus manos sostienen firmes
un puñal color de plata.
Mas al girar la cabeza
En la ermita blanqueada
siente helarse entre las venas
su sangre fuego escarlata.
En el fondo de la iglesia
hay, más puro que la luna
un rostro dulce y sereno,
la Virgen de la Amargura.
Tiembla el cuchillo en sus manos
tiembla su cara morena,
como ríos en sus mejillas
corren lágrimas de seda.

El puñal se le ha caído
a los pies de la señora
y burla tras de su manto
la guardia de la corona.
Zamarrilla agradecido
le regala a aquella Virgen
la más pura rosa blanca
que encontrara en los jardines,
puesta está sobre su pecho
blanca está como la ermita,
cuando en roja se ha cambiado
ante su cara divina.

Han pasado muchos años,
ya está muerto el bandolero
ya están en polvo tornados
los despojos de sus huesos,
mas cada Semana,
la Virgen desde su ermita,
pasea las calles a hombros
y la llaman Zamarrilla,
sobre el sudor trinitario
y ante el pueblo que la ensalza
luce la roja más roja
de los jardines de Málaga.

 Y como diría una famosa copla... "historia o romance, pero en los altares la rosa quedó. Milagro triunfante, de la Zamarrilla que luce una flor"

Francisco Nortes Tornel
Director - Sentir Cofrade 







 

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